Tarta capuchina

        A  algunas personas os sonará a chino y a quien la habeis probado os sonará a Gloria, creo que desde que la probé en el Corte Ingles desde hace muchisimos años siempre he querido saber como prepararla, y como ayer fue mi santo decidí investigar para darme el lujo de disfrutar de este rico postre, y después de mirar varias recetas, hice una mezcla para conseguir lo que yo recordaba..... y la verdad el sabor conseguido, y no veais como disfruté. Riquisima.

Aunque hay varias versiones de esta tarta, yo la he elaborado intentando recordar la textura y  la forma de la tarta que yo comía, y así os la enseño.

Ingredientes:

Para el bizcocho:

- 11 yemas
- 1 Huevo
- 1 cucharada grande de harina de maíz (maicena)

Para el almíbar

- 300 gr de azúcar
- 200ml de agua
- 1 corteza de limón

Para la yema de encima

- 6 Yemas
- 160 gr de azúcar
- 60ml de agua

Un corte apetecible verdad!!!

Vamos con la Elaboracion:

Primero prepararemos el bizcocho, batiremos las yemas y el huevo, y cuando coja una textura cremosa añadiremos la harina tamizada con movimientos envolventes para que no baje la esponjosidad de la mezcla.

Verter en un molde no desmoldable, que previamente habremos llenado de mantequilla y enharinado y meteremos al horno, a 150º si  es de aire y 20 º más si no lo es, el tiempo hasta que veais que pinchais y sale seco, en mi caso fue aproximadamente 25 minutos.

Mientras iremos preparando el almíbar, pondremos todos los ingredientes en el cazo y cuando veamos que empieza a ponerse más espeso retiraremos del fuego y en el momento en el que saquemos el bizcocho y lo hayamos pinchado por varios sitios echaremos el álmibar, yo añadi casi todo, pero sobre gustos, si os gusta menos dulzón y calado, añadir solo la mitad.

Una vez el bizcocho calado y sin desmoldar del recipiente donde lo hemos metido al horno, dejaremos reposar por los menos 8 horas. Preparar la noche antes si es posible.

Al día siguiente prepararemos la yema, es lo más complicadillo por cogerle el puntillo, pero con paciencia se consigue.

Pondremos en un cazo el azúcar y el agua y debemos esperar a tener el azúcar a punto de hebra gruesa ( es que cuando levantamos la cuchara veamos que la mezcla cae despacio y gruesa) y mientras en otro cazo a fuego muy bajo iremos batiendo las yemas.

Una vez listo el azúcar verteremos sobre las yemas sin dejar de mover con unas varillas manuales, y sin apartar del fuego.

La mezcla estará lista cuando veamos que va espesando y se separa del cazo. Entonces será el momento de verter encima del bizcocho, que previamente habremos desmoldado.

Y justo recien vertido, añadiremos azúcar glas por encima.

Por último y para dar el toque, haremos las rayas a la tarta, en mi caso utilicé un soplete y un mango de cuchillo. Iba quemando el mango y marcando, y luego con el soplete quemé un poquito las líneas.

Decorar con un poquito de nata, y tenemos nuestra tarta lista.

Y no me podía ir sin enseñaros los regalos tan acertados que me hizo mi marido, sabe que atina seguro regalandome cosas de cocina, me pongo como una niña con zapatos nuevos. Muchas gracias cariño, Te quiero.